Se calcula que tres cuartas partes de los ciudadanos más pobres del mundo -aquellos que viven con menos de 2 dólares al día- dependen directamente de la naturaleza para cubrir parte importante de su sustento diario. Para este grupo vulnerable, el medio ambiente es sinónimo de suelo (para cultivar), agua (para beber, lavar, irrigar cultivos), aire (para respirar) y, por supuesto, significa alimentos y medicinas.
Un entorno degradado no tiene las mismas consecuencias para todos: sin duda, el deterioro de los ecosistemas agudiza los problemas derivados de la falta de otros recursos económicos. De ahí que la FB haya renovado su compromiso con la cooperación internacional al desarrollo. En esa misión, la FB ha participado en reuniones internacionales en las que se intercambian experiencias, retos y nuevas metas para conservar la biodiversidad, y ha apoyado, durante 2010, 50 iniciativas de cooperación internacional, algunas de las cuales se reseñan a continuación.