30/05/2024
El informe sobre el estado del clima certifica que 2023 fue el segundo año más cálido desde 1961
Notas de prensa MITECO

El informe sobre el estado del clima certifica que 2023 fue el segundo año más cálido desde 1961

  • Tan solo superado por 2022, tuvo un carácter extremadamente cálido. Hubo dos olas de frío, siete olas de calor y dos episodios de temperaturas muy altas fuera del verano. El agua del mar también batió récords de temperatura
  • Las olas de calor en España se están prolongando tres días por década; afectan cada vez a mayores extensiones (alrededor de tres provincias más cada diez años), y son también más intensas
  • Se trató del sexto más seco desde 1961. La escasez de precipitaciones, que fueron inferiores a lo normal en la mayor parte del país, dio lugar a una sequía de larga duración

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha hecho público este jueves el informe sobre el estado del clima de España 2023. Se trata de la quinta edición de un informe en el que se analizan en detalle los aspectos más importantes del tiempo y del clima a lo largo del año, así como los patrones atmosféricos que originaron las diversas condiciones meteorológicas en nuestro país.

El año 2023 fue un año extremadamente cálido: fue el segundo con mayor temperatura media de la serie histórica (comienza en 1961), solo superado por 2022. Además, fue también muy seco: el sexto con menos lluvias de toda la serie y el cuarto del siglo XXI.

En lo que a temperaturas se refiere, alcanzó un valor promedio para el conjunto de España de 15.2 ºC. Se trata de una cifra superior en 1.2 ºC a la media del período de referencia 1991-2020. La temperatura media ha ascendido en España 1.5 ºC desde 1961 y los diez años más cálidos de la serie se han registrado en el siglo actual.

En 2023 hubo dos olas de frío. Una de ellas, que comenzó el 28 de febrero, fue la tercera más tardía de la serie histórica. Sin embargo, los episodios de altas temperaturas fueron claramente predominantes. Hubo siete olas de calor (cuatro en el ámbito de la Península y Baleares y tres en Canarias) y dos episodios de altas temperaturas, muy anómalos por los registros alcanzados, en abril y en octubre. El 12 de agosto, la estación meteorológica de Guía de Isora, en Tenerife, no bajó de 37,4 ºC. Se trata de la temperatura mínima más elevada en España desde que hay datos.

Además, a lo largo del año se registraron 44 récords de días cálidos. Lo esperable en un clima no alterado por las emisiones de gases de efecto invernadero habrían sido cinco récords. Por lo tanto, se multiplicó por nueve esta cifra. En cambio, no hubo ningún récord de días fríos. En la última década, por cada récord de día frío ha habido 28 récords de días cálidos.

Según se desprende del informe, las olas de calor en España se están prolongando tres días por década, afectan cada vez a mayores extensiones (alrededor de tres provincias más cada diez años) y son también más intensas: su temperatura es, aproximadamente, 2.7 ºC más alta por decenio.

Las aguas del mar circundantes a España batieron récords en 2023: por primera vez, desde al menos 1940, su temperatura media anual superó los 20 ºC. Todas las zonas costeras, tanto las próximas al litoral como las correspondientes a alta mar, registraron temperaturas muy altas la mayor parte del año, aunque en otoño se produjo un descenso brusco y prolongado en zonas del Mediterráneo.

PRECIPITACIONES

En cuanto a las precipitaciones, en conjunto se acumularon 531 l/m², lo que supone un 84 % con respecto al promedio normal del período de referencia 1991-2020. En la mayor parte del país las lluvias fueron inferiores a las normales, salvo en la cuenca del Norte y Noroeste. En las cuencas del Pirineo oriental y del Sur, las precipitaciones alcanzaron únicamente el 55 y el 42 %, respectivamente, de sus valores normales.

La primavera fue la segunda más seca de la serie histórica. La sequía meteorológica que había comenzado en 2022 continuó y, desde marzo, evolucionó a una sequía de larga duración, que persistió el resto del año. Este tipo de sequía tiene un carácter socioeconómico y puede llegar a comprometer el abastecimiento de la población.

A lo largo del año hubo episodios de lluvias intensas, como el que afectó a algunos barrios de la ciudad de Zaragoza en julio, o la situación asociada a una dana que, a comienzos de septiembre, afectó al área mediterránea y zona centro de la Península. Fue muy destacable, también, la nevada que se registró entre finales de febrero y comienzos de marzo en Mallorca, como consecuencia de la borrasca Juliette: se acumularon más de 2 metros de nieve en las cumbres de esta isla.

2023 registró más días de tormenta de lo habitual, pero con menos rayos, lo que se explica por el hecho de que gran parte de ellas se desarrollaron en primavera. Habitualmente, las tormentas otoñales generan más descargas y suelen ser de mayor intensidad. En consonancia también con un año muy seco, se trató del cuarto año con mayor número de horas de sol desde 1983.

Las altas temperaturas y el estrés hídrico de finales del verano provocaron irregularidades en los ciclos biológicos de los seres vivos. Así, se observaron segundas brotaciones y floraciones en frutales en pleno otoño, de forma simultánea a la maduración de los frutos, algo muy poco habitual.