Nuestra misión es contribuir a revertir la pérdida de biodiversidad. Esto exige impulsar actuaciones en varios ámbitos a la vez, para conservar los ecosistemas sanos, restaurar los ecosistemas degradados, promover un uso sostenible de la biodiversidad y frenar las causas de su deterioro.
La complejidad de los retos ambientales exige que actuemos en varios escenarios a la vez, estableciendo alianzas estratégicas y puentes con la ciencia, con la iniciativa privada, las administraciones públicas y con la sociedad en su conjunto.
La biodiversidad es la base del bienestar y de la prosperidad del ser humano.
Los bienes y servicios que nos proporcionan los ecosistemas, como regular el clima, proporcionarnos alimentos, agua limpia, medicamentos, ropa, combustible, refugio y energía, constituyen la base sobre la que se construyen las sociedades y sus economías. Dependemos de la naturaleza tanto para nuestro bienestar y nuestra salud como para el desarrollo de las actividades económicas.
Sin embargo, el número de especies y ecosistemas sanos están disminuyendo a un ritmo acelerado debido a la actividad humana. La manera en la que producimos y consumimos ha tenido graves consecuencias, como la sobreexplotación de los recursos, la contaminación, el cambio climático, los cambios de usos del suelo y la proliferación de especies exóticas invasoras.
Enfrentar los retos ambientales, requiere por tanto cambiar este modelo, y para ello es necesario repensar nuestra relación con la naturaleza. De hecho, reforzar el papel de la naturaleza es parte de la solución. Unos ecosistemas sanos y resilientes y una decidida apuesta por las soluciones basadas en la naturaleza son esenciales para construir una sociedad que tenga en cuenta el uso sostenible de los recursos, la resiliencia de nuestros ecosistemas y una economía baja en carbono e inclusiva.
En este contexto, la Fundación Biodiversidad ha desarrollado las siguientes líneas de actuación
Conservación y restauración de los ecosistemas marinos y fomento de la economía y empleo azul.
Conservación y restauración de los ecosistemas terrestres y el fomento de la bioeconomía y el empleo verde.
Renaturalización y resiliencia de ciudades.
Para responder a la necesidad de adoptar medidas que frenen las causas de pérdida de biodiversidad como son el cambio climático, la contaminación, la sobreexplotación de los recursos y el cambio de usos de la tierra, se han puesto en marcha actuaciones en los siguientes ámbitos:
Cambio climático. Cambio climático y pérdida de biodiversidad son procesos íntimamente relacionados. Por una parte, el cambio climático es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad. Por otro lado, los ecosistemas sanos son fundamentales para hacer frente al cambio climático, tanto desde el punto de vista de la mitigación, por su capacidad de absorber CO2, como desde el punto de vista de la adaptación. De hecho, las soluciones basadas en los servicios que prestan los ecosistemas (soluciones basadas en la naturaleza) son altamente costo-efectivas y eficientes para este fin. Por ejemplo, la conservación de la cubierta vegetal en las cabeceras de las cuencas es una medida eficaz para favorecer que se infiltre al agua de la lluvia, mejorando así el servicio ecosistémico de provisión de agua y de prevención de deslizamientos, erosión e inundaciones.
Economía circular y cambios de estilo de vida para favorecer la conservación y recuperación de la naturaleza e impulsar la transición ecológica y justa. Sabemos que tenemos que modificar, de forma urgente, el modelo de producción y de consumo. Este cambio de paradigma implica cambios estructurales importantes y también un cambio cultural, de mentalidad, de comportamiento y de valores.
La implicación de todos los actores es fundamental en el camino hacia la transición ecológica, Los poderes públicos deben proporcionar el marco normativo y el impulso que necesita la sociedad para transformar actitudes positivas respecto a la naturaleza en comportamientos reales que la preserven, pero se requiere además:
Promover la creación de puentes con la investigación y la generación de conocimiento para la gestión de la biodiversidad; responder a la necesidad de basar la gestión de la biodiversidad en la mejor ciencia disponible.
Fomentar la contribución del sector privado a la transición ecológica, a través de la identificación de soluciones innovadoras, la promoción de cambios de comportamiento, el impulso de transformaciones en operaciones directas y en su cadena de valor, y a través de compromisos con visión de futuro, que estimulen acciones concretas y positivas para la naturaleza que detengan la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.
Sylvia Earle