El proyecto actúa tanto sobre varias áreas degradadas de la zona suroccidental de la capital (en límite con la comarca de la Vega) la cual ha sufrido históricamente importantes avenidas e inundaciones, como en la zona Norte de Granada, con importantes carencias dotacionales. Además de la reforestación de los espacios, se dotará a una de las parcelas de funcionalidad hidráulica para minimizar los efectos de inundación sobre áreas edificadas adyacentes, hecho que se aprovechará para crear nuevos hábitats para el asentamiento de especies avícolas. Por último, se crearán abundantes zonas verdes de ocio y esparcimiento, lo cual es especialmente importante para algunos sectores (SG EL-01 Azulejera, Corredor Norte y PP I-5), ubicados en áreas vulnerables y con notables carencias a nivel de equipamientos. Las actuaciones han sido diseñadas teniendo en cuenta el impacto del cambio climático, especialmente mediante la selección de especies adaptadas a los escenarios climáticos futuros. Asimismo, el incremento en superficie verde de las actuaciones propuestas favorecerá la reducción del efecto isla de calor, uno de los efectos del cambio climático que se verán amplificados en los entornos urbanos, lo que supone una reducción de temperatura en las zonas aledañas a la intervención. Las actuaciones transformarán las infraestructuras verdes y azules del municipio, y además, implementarán modelos de co-gobernanza participativa, dotando a las acciones de un carácter abierto, dinámico y bidireccional: de y hacia la ciudadanía y la administración.
Algunas de las acciones que se llevarán a cabo son:
Acciones para la mejora de la biodiversidad y resiliencia de Granada (Granada Respira)