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Según destaca la Fundación Oso Pardo, las actividades de ocio y deporte, en general, están aumentando en las montañas españolas, constituyendo un recurso crucial para el desarrollo rural. No obstante, tales actividades pueden suponer una amenaza para la recuperación de especies como el oso pardo, especie prioritaria en la Directiva Hábitats.

En este contexto, el presente proyecto ha pretendido desarrollar un sistema demostrativo de alertas tempranas para detectar, caracterizar y (de acuerdo con las Comunidades Autónomas de Asturias y de Castilla y León) paliar las amenazas al oso y su hábitat en el núcleo cantábrico occidental, desarrollando las acciones 1.1.6 y 1.1.7 del Plan Estratégico del Patrimonio Natural y la Biodiversidad.

El proyecto es relevante para desarrollar los Planes de Recuperación del oso en las comunidades autónomas españolas, según la entidad. Igualmente, es sinérgico con las actividades de conservación del urogallo cantábrico, en situación crítica, y por su carácter preventivo puede ser muy eficaz si se aplica a otras especies o hábitats amenazados.

El objetivo general del proyecto ha sido desarrollar un sistema de alertas tempranas para detectar, caracterizar y paliar las amenazas de las actividades de ocio y deportivas sobre el oso pardo.

Los objetivos específicos han sido los siguientes:

• Caracterización de las actividades de ocio y deportivas susceptibles de impactar sobre el oso pardo.
• Coordinación con las Administraciones competentes.
• Habilitar un equipo de campo para detectar, caracterizar y resolver alertas tempranas.
• Caracterización de los conflictos y propuesta de soluciones.

• Elaboración de un inventario de actividades de ocio y deporte que se realizan en zonas de montaña susceptibles de impactar directa o indirectamente sobre el oso y su hábitat.

• Revisión jurídica de la normativa referente a cada una de estas actividades, considerando la diferencia entre los diferentes espacios protegidos o no del área de estudio (Principado de Asturias y Castilla y León).

• Elaboración del protocolo de coordinación con las Comunidades Autónomas de Asturias y de Castilla y León. En las dos reuniones celebradas se determinó que no era preciso establecer nuevos protocolos de actuación específicos, sino que se desarrollaría en el marco de los convenios de cooperación vigentes entre la Fundación Oso Pardo y ambas comunidades autónomas.

• Detección de las amenazas y activación de protocolos y alertas tempranas. En total se realizaron 67 alertas sobre un área de 550.000 hectáreas, redactándose un informe de cada una de las alertas detectadas.

• Realización de entrevistas a 246 usuarios del entorno en zonas oseras sobre los posibles impactos que las actividades de montaña pueden generar sobre el oso pardo y su hábitat.

• Elaboración de un documento final sobre los problemas causados por las actividades de ocio y deportes de montaña y los potenciales conflictos sobre esta especie y su hábitat.

• Divulgación y comunicación del proyecto, incluyendo la participación en 14 artículos en periódicos y otros medios de comunicación y la realización de 28 publicaciones en redes sociales. Por otra parte, se han realizado 2 reuniones con colectivos interesados y se han generado dos documentos divulgativos en formato digital y descargables para informar a los usuarios de la montaña, uno para Asturias y otro para León, ambos en castellano, inglés y francés.

La Fundación Oso Pardo sostiene que, en los últimos años, se viene apreciando un aumento de la valoración de los espacios naturales por parte de la ciudadanía, lo que se traduce en un auge de las actividades recreativas que se desarrollan dentro de ellos. Estas actividades generan recursos para las economías rurales y contribuyen a su desarrollo y a frenar la despoblación, por lo que son positivas, pero, según la propia entidad, deben regularse adecuadamente para garantizar que no interfieren en la conservación de especies en amenazadas, como el oso pardo, y en la buena coexistencia con ellas.

Este proyecto ha contribuido a identificar y valorar situaciones que puedan resultar problemáticas para esa coexistencia en varios espacios naturales protegidos de Asturias y León con población de osos, y ha desarrollado un procedimiento que permite a las comunidades autónomas intervenir adecuadamente y a tiempo ante problemas urgentes de cumplimiento de regulación sobre observación de osos y otros usos públicos en estos espacios.

En primer lugar, se elaboró un inventario de 78 posibles actividades de turismo y ocio de montaña que podrían afectar, de forma directa o indirecta, a esta especie y a su hábitat. 41 de estas actividades fueron valoradas por varios expertos, recibiendo puntuación por su posible grado de interferencia con la conservación del oso pardo. Este análisis previo se ha visto reforzado con un amplio estudio jurídico y con encuestas y consultas a usuarios del entorno que han aportado valiosa información sobre la percepción que tienen los usuarios de estos entornos sobre la especie.

Como principales resultados, se destaca que, durante 2020, se detectaron 67 alertas de posibles interacciones de seres humanos con osos sobre un área de 550.000 hectáreas, redactándose un informe de cada una de las alertas detectadas. Además, se ha elaborado un documento final sobre los problemas causados sobre el oso y su hábitat por las actividades de ocio y deportes de montaña y los potenciales conflictos, así como propuestas de solución.

Por último, como labor divulgativa y de sensibilización, destaca la edición de dos folletos desplegables, disponibles online, destinados a informar a los usuarios de la montaña sobre el comportamiento a seguir en caso de avistamiento de un oso, entre otros aspectos.

Según la Fundación Oso Pardo, todo este trabajo desarrollado servirá para implementar medidas que faciliten la convivencia del oso pardo y el ser humano, contribuyendo a largo plazo a la estabilización de las poblaciones y la conservación de esta especie.