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El águila de Bonelli o perdicera contribuye al equilibrio del ecosistema mediante el control demográfico de los mesopredadores. La recuperación de un superdepredador como esta supondría un beneficio tanto para ella como para otras especies, sobre todo rapaces amenazadas, que se verán beneficiadas al disminuir la afección de la electrocución, una de las causas de mortalidad no natural más importantes actualmente.

• Disminuir el riesgo de amenazas en las águilas de Bonelli y otras aves debido a la electrocución en su área de distribución natural, tanto dentro como fuera de los espacios protegidos.
• Realizar una evaluación rigurosa del estado de conservación de la metapoblación del Mediterráneo de Águila de Bonelli, valorando la eficacia para su recuperación de las medidas ejecutadas y definiendo los siguientes pasos contando con todos los actores relevantes.
• Desarrollar acciones de concienciación en la sociedad hacia el águila de Bonelli en particular, y las rapaces en general.

• Vigilancia de las poblaciones para conocer el uso del espacio y amenazas de la especie. Para ello se ha realizado el marcaje de 45 águilas en Madrid y zona centro peninsular, y Andalucía (pollos y adultos territoriales o rehabilitados), con emisores GPS/GSM que permitirá la descarga de datos sobre la especie.
• En el marco del proyecto se han llevado a cabo acciones de divulgación y comunicación.

• El seguimiento de las poblaciones de águila de Bonelli ha permitido obtener datos del número y localización de las áreas más importantes de dispersión de la especie en la Península Ibérica, así como conocer los patrones de movimientos entre estas poblaciones y sus mayores amenazas.
• Solo en dos años se han marcado 45 aves en la zona centro peninsular y Andalucía. Además, gracias a las liberaciones en la zona centro se han formado 5 nuevas parejas reproductoras en la Comunidad de Madrid, llegando a volar 7 pollos en 2020. El proyecto AQUILA a-LIFE continuará con el marcaje, seguimiento y corrección de amenazas hasta finales de 2022.