Como resultado de las diversas intervenciones antropogénicas a lo largo del siglo XX en el cauce del río Segura, en concreto en el tramo donde se ubica el proyecto VIVILLO, el cauce fue alterado. Según las imágenes existentes, este meandro presentaba una gran diversidad morfológica en sus orillas, en las que se apreciaba un lecho del río con rápidos, arenales, remansos e islas. Tras el encauzamiento del rio Segura a principios de los 90, como herramienta de defensa frente a las gravísimas inundaciones de la zona, se redujo la sinuosidad del rio en su trazado original, acortando su longitud y modificando el ecosistema de ribera. La elevación de las motas desconectó el cauce habitual del tramo con su llanura de inundación. El meandro de Vivillo se rellenó de tierra, y quedó abandonado. A parte de la pérdida de biodiversidad del tramo del rio y de su morfología original, existe el riesgo considerable de inundaciones ante grandes crecidas del rio. Si el agua llega a rebasar el límite de las motas (especialmente en su zona norte), se desborda e inunda las grandes áreas correspondientes a la llanura aluvial original del río. Al ser áreas planas ubicadas a un nivel más bajo que la mota y sin grandes obstáculos, la lámina de inundación se extiende con bastante rapidez desde el momento de desbordamiento, ocupando una gran extensión y afectando a la población cercana. Una vez pasada la crecida del río, la elevación de las motas, pese a retrasar la inundación, evita también el regreso de las aguas al río una vez se produce el desbordamiento, por lo que dificulta el drenaje de las terrazas de inundación. La permanencia del agua en la terraza aumenta los daños provocados por las inundaciones y también el coste de su evacuación, que en ocasiones se realiza de forma artificial. Con esta acción se pretende recuperar los 260 metros del cauce original del río Segura, reconectando el meandro del Vivillo al cauce original, lo que permitiría devolver al rio una morfología más natural, recuperar el bosque autóctono de ribera y la biodiversidad de la zona, al mismo tiempo que se reduce el riesgo y los daños causados por las inundaciones.
El encauzamiento del río Segura en los 90 como herramienta de defensa frente a las inundaciones dejó un gran número de meandros -como el del Vivillo- sin uso, rellenados con tierra. Hoy día, se conoce que las canalizaciones provocan la pérdida de la dinámica y movilidad de los ríos para el mantenimiento de su buen estado ecológico, además de y su capacidad de desbordamiento y disipación de la energía en las avenidas Por ello, VIVILLO incluye una completa restauración fluvial del cauce original, creando un lecho más amplio y diverso, que mejorará la calidad del agua y su funcionamiento ecosistémico, aumentando el control de la erosión y recarga subterránea, generando un espacio ripario, donde se desarrollará un bosque de ribera que atraerá biodiversidad.
Algunas de las acciones que contempla este proyecto son:
Restauración fluvial del antiguo cauce del Río Segura en el meandro de Vivillo (VIVILLO)