La iniciativa pretende recuperar cultivos tradicionales (concretamente olivos y campos de cereales) en zonas que son de bosque, en las provincias de Tarragona y Castellón, con el fin de aumentar la disponibilidad de los recursos hídricos y promover la heterogeneidad del paisaje (efecto mosaico) en los ecosistemas terrestres. Además, busca frenar los efectos de la erosión gracias a la recuperación de terrazas tradicionales de piedra seca.
La aplicación de la gestión agro-forestal es una de las estrategias para mitigar los efectos del cambio climático en esta parte de la región mediterránea. Los patrones de cambio en los usos de suelo en la región mediterránea se están desarrollando a un ritmo rápido. En el norte de la misma, se han ido sustituyendo cultivos agrícolas por bosques jóvenes poco gestionados y que acumulan biomasa, con el consecuente riesgo de incendio. Esta iniciativa pretende revertir esta situación.
Desarrollado por el Grup de Natura Freixe, el proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca y Medio Ambiente a través de su convocatoria de ayudas.
Para lograr el objetivo del proyecto se evaluará la evolución de la actividad agrícola en los últimos 60 años en las zonas objeto de la inciativa y se cuantificara el cambio de usos de suelo forestal y agrícola entre el año 1956 y el año 2015. También se caracterizarán y localizarán zonas piloto donde se realizará, gracias a acuerdos de custodia del territorio con los propietarios, una gestión agro-forestal mediante la extracción de recursos forestales y la recuperación de cultivos y terrazas tradicionales (olivos o campos de cereales). En Tarragona se recuperarán olivos autóctonos, mientras que en Castellón se restablecerán campos de cereales.
Para finalizar se pondrá en marcha una campaña de sensibilización dirigida a la población sobre el objetivo del proyecto y el cambio climático en los municipios de Flix, Riba-roja d’Ebre (Tarragona) y la Pobla de Benifassà (Castellón).