El proyecto ha pretendido mejorar el estado de diez humedales de la península ibérica con el fin de que puedan actuar como sumideros de carbono. Además, ha sido prioritario llevar a cabo acciones de gestión y manejo del hábitat y de sensibilización, estudio y divulgación de la importancia de estos ecosistemas, que según la Fundación Global Nature, bien gestionados son un aliado en la lucha contra el cambio climático. Según, la entidad, mediante acciones de gestión hidráulica y de la vegetación se logra que los humedales funcionen como sumideros de carbono y se evitan emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que aparecen cuando se degradan. También, se ha buscado alinear acciones de adaptación al cambio climático con otras de conservación de la biodiversidad para mejorar el conocimiento de especies de aves propias de los humedales. En este aspecto, se ha perseguido analizar sus rutas migratorias para entender el impacto del ciclo de carbono de los humedales en las poblaciones de aves, ya que estos espacios naturales se encuentran dentro de la Red Natura 2000 y cuentan con una importante diversidad de fauna asociada a ellos.
El objetivo principal del proyecto ha sido restaurar el buen estado ecológico de diez humedales en toda la península ibérica para que puedan actuar como sumideros de carbono.
Los objetivos específicos han sido los siguientes:
El proyecto ha contribuido a la mejora del estado de conservación de diez humedales de la península ibérica con el fin de impulsar su función clave como sumideros de carbono. Para ello se han llevado a cabo diferentes acciones de gestión de vegetación, agua y suelo. Durante el desarrollo de la iniciativa se ha gestionado un total de 19,52 has mediante siegas de vegetación helófita que, además de diversificar los hábitats y mejorar la biodiversidad, permiten que la captura de carbono por la vegetación acuática, sumergida o emergente, sea la más eficaz posible.
También, durante la ejecución del proyecto se han plantado unas 3.000 plantas. Respecto a la gestión del suelo se ha decapado un total de 1,54 ha de suelo en la laguna de Boada. En cuanto a la gestión del agua, se han re-inundado 27,15 ha en La Nava. Además, se ha trabajado en alinear acciones de cambio climático con otras de conservación de la biodiversidad, mejorando el conocimiento de especies de aves propias de los humedales en sus rutas migratorias para, según la entidad, entender cómo impactan estas concentraciones de aves en el ciclo de carbono del humedal, ya que estos humedales se encuentran dentro de la Red Natura 2000 y cuentan con una importante diversidad de fauna asociada a ellos. Para esta acción se han realizado 19 censos y visitas de seguimiento de aves y tomado más de 300 muestras de 10 especies de aves diferentes. Por último, se han realizado labores de divulgación, sensibilización y formación, imprescindibles para la implicación de la ciudadanía.
Gestión y restauración de humedales mediterráneos, LIFE Wetlands4Climate