Una consecuencia del cambio climático, según explica la entidad, es la alteración de los patrones de enfermedades en animales. Estas alteraciones pueden incluir la aparición de nuevos síndromes y un cambio en la prevalencia de enfermedades existentes, especialmente las que se transmiten por vectores.
Los vectores pueden alcanzar nuevas áreas geográficas extendiéndose a áreas no inmunes. Además, pueden aumentar su período de actividad y/o su período de transmisión, aumentando así el riesgo de aparición de enfermedades en latitudes mucho más al norte de lo que se conoce actualmente.
Como apunta ULEGA, la ganadería está sufriendo muchas pérdidas por enfermedades transmitidas por vectores dependientes del cambio climático. La cantidad y calidad de la producción ganadera se verá afectada, debido a la convalecencia del ganado, su sacrificio o su aislamiento por medicación.
Las respuestas a estos desafíos requieren desarrollar estrategias para fomentar la capacidad adaptativa, no sólo de los profesionales ganaderos, sino también de los servicios veterinarios. Estas estrategias servirán para fortalecer y desarrollar capacidades para manejar los riesgos sanitarios incrementados por el cambio climático.
El objetivo principal es la elaboración y transferencia práctica de la estrategia de adaptación y mitigación al cambio climático asociado a los vectores de transmisión de enfermedades en ganado vacuno.
Entre sus metas concretas destacan:
Medidas de adaptación y mitigación al cambio climático en materia de enfermedades de transmisión vectorial que afectan a la sanidad animal (VECTOCC)