La Fundación General de la Universidad de La Laguna señala que Canarias conserva una importante biodiversidad de flora endémica exclusiva de la alta montaña. Sin embargo, muchas especies tienen una distribución restringida, ocupando preferentemente hábitats rupícolas, al abrigo de herbívoros invasores, o se encuentran actualmente en regresión. Esto reduce su capacidad de adaptación y migración como respuesta al cambio climático.
En esa línea, este proyecto persigue, según la entidad, aportar un conocimiento novedoso sobre la problemática actual de las especies de flora de alta montaña canaria. El propósito es que esta nueva información permita establecer estrategias para la gestión de dichas especies, en el contexto actual de sumidero climático que soportan los ecosistemas montanos.
Para ello, se ha estudiado a 42 especies endémicas según su capacidad de migración (es decir, su capacidad de dispersión y tolerancia a herbívoros invasores) y su vulnerabilidad a la velocidad del cambio climático. Además, para las especies amenazadas, se ha querido determinar si el deterioro de los suelos ocasionado por la herbivoría (proceso por el cual los animales consumen tejidos vegetales vivos, tales como hojas, tallos, raíces o frutos) es responsable de sus problemas de migración.
El objetivo general de esta iniciativa ha sido analizar la vulnerabilidad de las especies endémicas de la alta montaña canaria y sus tipos particulares de vegetación (sobre todo el pinar de cumbre y el retamar de cumbre), para desarrollar estrategias que mejoren su respuesta al efecto combinado de herbívoros invasores y cambio climático.
Los objetivos específicos han sido los siguientes:
El proyecto ha permitido evaluar la vulnerabilidad de 42 especies endémicas de alta montaña en las islas de La Palma y Tenerife, generando una ficha identificativa que permite determinar cuáles son las especies que presentan mayor prioridad de acción frente al cambio climático. Para ello, se han elaborado modelos predictivos que delimitan el nicho climático de las especies y muestran sus posibilidades de distribución. Para cada especie se han determinado los modelos de idoneidad de área potencial pasada, actual y futura, a la vez que se ha analizado la velocidad de respuesta al cambio climático.
Así, en el índice de vulnerabilidad obtenido se utiliza la valoración de los obstáculos que pueden dificultar o impedir la respuesta migratoria de las especies, entre los que destaca la herbivoría, el tamaño de poblaciones y hábitats, la productividad de las especies y su capacidad de dispersión. El análisis conjunto de las especies ha permitido concluir, según la entidad, que la alta montaña canaria no está preparada para afrontar el cambio climático: casi el 80 % de las especies analizadas tienen alguna limitación a la migración, lo que les resta capacidad para enfrentar los cambios e incrementa su vulnerabilidad.
Además, se ha determinado que el 38 % de la flora analizada presentaba vulnerabilidad alta, muy alta o crítica a corto plazo (2041-2060), valor que sube al 79 % a largo plazo (2061-2080). Para esta comprobación, se han analizado los daños producidos por la herbivoría, descubriéndose que 18 de las 42 especies analizadas (el 42,86 %) presentaron un alto impacto por herbívoros invasores. Ello demuestra, según la entidad, la comprometida situación en la que se encuentra actualmente la flora canaria analizada, siendo el conejo europeo la especie que más afecta a su regeneración.
Asimismo, se han estudiado las capacidades de producción de estas 42 especies de flora, destacando 4 especies prioritarias para incluir en futuros programas de conservación (Rhaponticum canariense, Laphangium teydeum, Viola guaxarensis y Silene nocteolens), debido a su baja producción detectada en flores y/o semillas y por su estado de amenaza actual con distribuciones reducidas y con pocos efectivos. Respecto al éxito de germinación y tasa de viabilidad se ha comprobado buena correlación en todas ellas, y se ha comprobado que el tipo de dispersión más extendido entre estas especies es por anemocoria (es decir, es el viento el que realiza el transporte), aunque pueden disponer de más de un modo de dispersión. También se ha verificado que en suelos rizosféricos (zonas de los suelos que se encuentra en contacto con las raíces de las plantas), las tasas de crecimiento son superiores frente a otros suelos, confirmando la utilidad de la restauración de las comunidades de microorganismos del suelo para impulsar la recuperación de especies vegetales amenazadas en el entorno de la alta montaña de Tenerife.
Finalmente, todos estos datos y resultados se han incluido para generar modelos futuros de distribución para ambas islas, teniendo en cuenta diferentes escenarios de cambio climático e incluyendo los obstáculos geográficos a la migración con el fin de obtener una herramienta que permita prever el potencial de ocupación de cada especie. Estos modelos indican que las especies de cumbre seleccionadas van a desplazarse preferentemente en altitud como consecuencia del actual cambio climático: en La Palma hacia zonas más antiguas, por lo que supondrá un problema menor; mientras tanto, en Tenerife tenderían a migrar hacia sectores de mayor pendiente y juventud geológica, lo que en este caso sí que puede suponer un mayor impedimento al establecimiento de nuevos individuos. De cualquier forma, según la entidad, hay largas distancias que salvar que pueden suponer un gran impedimento geográfico, para ambos casos.
En definitiva, a juicio de la Fundación General de la Universidad de La Laguna, los resultados de este estudio indican que es necesario tomar medidas urgentes de restauración de hábitats. Con este proyecto, se ha conseguido reunir a técnicos, gestores y especialistas de todas las administraciones competentes en materia de biodiversidad y conservación en las Islas Canarias para tratar la necesidad de nuevas formas de valoración del estado de especies y ecosistemas en todo el territorio insular.
De forma complementaria, se han realizado acciones de difusión y divulgación a la sociedad en general, a través de la realización de una página en Facebook, la celebración de jornadas informativas a estudiantes de secundaria y universitarios; el desarrollo de un curso de extensión universitaria (titulado “Nuevas perspectivas para la gestión de especies de flora y hábitats en las Islas Canarias”); la publicación de artículos en revistas divulgativas y medios de comunicación y la participación en el congreso internacional “Early Career Biogeographers Conference 2021” en Ámsterdam y en el congreso nacional de la Sociedad Española de Biología de Conservación de Plantas en Toledo (I Congreso Español de Botánica), en los que se presentaron los resultados del proyecto. También cabe destacar que se consiguió la participación de dos voluntarios universitarios en las tareas de campo. Por último, la entidad hizo entrega de la documentación final del trabajo a las administraciones implicadas en la gestión de los Espacios Naturales Protegidos implicados (Cabildo de Tenerife, Cabildo de La Palma, Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y Parque Nacional de El Teide).
Una estrategia para frenar la pérdida de biodiversidad del ecosistema de alta montaña de Canarias